Hoy quiero escribirte algo,
algo sobre ese abrazo
que trajo más abrazos
y por nombrar solo algunos,
los nuestros.

Decirte algo sobre el abrazo que nos transforma
en abrazados, en abrazantes
en algún pariente del amante,
en cuerpos unidos por un querer
que reúne lo separado
que nos impulsa desde la tierra.

Pensarte algo del abrazo que nos envuelve
futuro,
del que sostiene nuestras convicciones y nos mantiene
fuertes,
del que nos refugia en los días cansados,
y nos alivia de certezas.

Mostrarte cómo un pueblo que se abraza sin metáfora,
que se abraza cuerpo a cuerpo,
que comparte sudor y lágrimas
crea alegría, crea vida.

Recordarte que este abrazo traspasa
mi piel, la tuya
mi querer, el tuyo;
porque somos ellos y somos nosotros
en su abrazar, el mismo fulgor
en su ser abrazados, la misma creencia
en sus manos, un mismo amor
que es entrega.

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