y algo mio, que comparto

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Hoy quería encontrar el por qué de todo
y, recorriendo las posibilidades me encontré (o me encontró) una pregunta
que todos nos formulamos alguna vez
Debemos preguntar acerca del Por qué de un sentimiento?
(  ese "debemos" entendido no como una restricción moral, sino más bien como un, Tiene sentido?)
Es realmente válida la respuesta que se desprende de una pregunta de este tipo?


Lo digo porque uno procede normalmente, no?
Sin pensarlo demasiado, comienza a argumentar
lo hace con las razones que encuentra más a su alcance
luego, se sumerge en esas razones pretendiendo mayor exhaustividad
busca lo que de ellas se desprende
o busca, peor aún, el por qué de esos porque
busca, y busca
y se sumerge tanto
que pierde de vista la superficie.


Supongamos que,
uno siente, por ejemplo, miedo
y pretende haber hallado la razón de ese miedo en una
insatisfactoria experiencia pasada
aún así
no es esa experiencia pasada un desde dónde, o a lo sumo,
un desde cuándo?


Pareciera que la exigencia del por qué no termina de cumplimentarse
Ante esto, se hacen claras dos posible situaciones:
o bien la exigencia es demasiado alta
o bien la respuesta no es la indicada
De la primer opción se sigue el sinsentido de argumentar acerca de un sentimiento
de la segunda, se sigue otra pregunta:
Qué respuesta, o tipo de respuesta sería "la indicada"?


Cuando en el intento de responder una pregunta
se manifiesta una nueva pregunta
y de ella una nueva
cabe preguntarse, con sinceridad,
si no es negar (o al menos ignorar) la naturaleza de la cuestión
pretender agotar en una respuesta  inmaculada
la potencialidad problemática
que la caracteriza.


Hoy, en mi patio
comienza la primavera
y lo atestiguan no sólo,
los pájaros que intentan vuelo
y la mariposa con su vuelo desorientado,
sino también
la luz del sol
que da vida a 3/4 partes
del suelo
en el que, sentada,
pienso algo de todo esto.
 
 

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